sábado, 15 de noviembre de 2008

Restos de la condensación de un avión

Las emisiones de los aviones a reacción contienen una gran cantidad de vapor de agua que se mezcla con la atmósfera. A la altitud a la cual evolucionan estos aviones, la atmósfera presenta una temperatura y una presión de vapor que satura (la presión máxima que puede alcanzar el vapor bajo forma gaseosa antes de licuarse) más escasa que estas emisiones. El vapor de agua que contienen se condensa rápidamente en forma de cristales de hielo.

Estos cristales de hielo actúan como núcleos de condensación alrededor de los cuales aún más vapor de agua presente en el aire que se acerca viene a condensarse. De ello resulta la formación de un rastro de condensación nublado que atraviesa el cielo, mostrando la ruta del avión durante el viaje

Esta imagen fue tomada el 1 de septiembre de 2008 por la cámara Meris (Médium Resolution Imaging Spectrometer)

Estos rastros pueden disiparse después de algunos minutos o varias horas. Pueden también evolucionar para formar cirros artificiales persistentes que duran a veces días o semanas. Estos rastros y estos cirros tienen un impacto potencial en el clima del planeta conservando el calor de la Tierra en el interior de la atmósfera de la misma manera que los gases de efecto invernadero.

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