Personal civil y militar se encarga, en los tres hangares de la base, de que los aviones de caza y ataque realicen un vuelo perfecto. Un F-5 llega a la pista después del vuelo. Abajo le espera su equipo de mecánicos para comprobar.E,P.
DESDE el instante en que un F-5 despega un amplio equipo de técnicos está pendiente de que su vuelo discurra sin contratiempos. En la base aérea del, Ala 23, en las proximidades de Talavera hay tres grandes cobertizos para guarecer aparatos mientras están en tierra, tres amplios hangares donde proteger y poner a punto los aviones de caza y ataque. Entre personal civil y militar sonmás de un centenar las personas que se ocupan del mantenimiento de los veloces aparatos.Los responsables de los hangares explican la función que se desarrolla en cada uno. El brigada Rubio cuenta de forma sencilla que el trabajo en la base se puede repartir en tres niveles. El A, que tiene una relación con el avión, se encarga de desmontar y montar el avión. Esta tarea es desarrollada por personal militar. El nivel B, está dedicado a solucionar las pequeñas averías. Esta función es tanto de personal militar como civil. Al nivel C corresponde realizar las inspecciones de los motores, el montaje y desmontaje del motor completo. Lo hace personal civil.J85, el motor del F-5En la primera nave hay 63 motores colocados de forma ordenada. Unos esperando la hora de ser desmontados y otros listos para pasar a otro hangar. Están en el taller dónde se efectúa el mantenimiento del J85, el motor del F-5. Un taller autosuficiente, pues todas las piezas pueden ser reparadas o sustituidas allí.Después de 600 horas de vuelo, cada J85 necesita una inspección completa. Lo que puede suponer un total de cuatro meses desde que comienza a ser desmontado. Este trabajo compete a una sección de mecánicos dónde trabaja personal civil. La limpieza es fundamental. Polvo, piezas sueltas o cualquier elemento extraño que esté por el suelo puede impedir el correcto funcionamiento del motor y poner en riesgo el avión y sus tripulantes. Las piezas desmontadas son enviadas al carro de lavado, un área dedicada a esta función, donde son introducidas en una especie de 'freidoras' para eliminar cualquier residuo o suciedad. Una sección que se ha convertido en imprescindible para los talleres. Cualquier parte del avión puede quedar impoluta en esta sección. Utilizan sosa y productos químicos. El último hangar es el más grande. Hay 8 aviones puestos en fila, uno seguido de otro. Unos esperando para pasar una inspección, otros con alguna reparación.Igual que el motor, el avión tiene unos tiempos para pasar su revisión. Cuando vuela se expone a altas fatigas que en tierra hay que superar.
Es así como se ponen a punto para volar estas maravillas de la aeronautica, que servirán para entrenar futuros pilotos.
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